He tenido la suerte de escuchar en unas jornadas a Shirin Ebadi, premio Nobel de la paz en 2003.
Nos contaba de primera mano la situación que viven las mujeres en su país (Irán) y en otros países musulmanes como Arabia Saudí o Afganistán.
Todos mirábamos atentos a una mujer de pequeña estatura pero con la fuerza de quien sabe que reivindica solo lo justo y lo que debe ser.
Enumeraba algunos ejemplos para que todos los presentes, pudiéramos hacernos idea de cuales son las situaciones cotidianas a las que debe hacer frente una mujer… allí, decía, el respeto a las mujeres en muchos casos es directamente proporcional al número de hijos varones que tiene, e incluso algunos árabes, los más tradicionales, llaman en público a su mujer (o mujeres) por el nombre de su hijo varón por parecerles más adecuado y educado.
Si se trata de un accidente de coche, la indemnización que reciben los hombres es el doble de la recibida por una mujer, de igual manera que en un juicio el testimonio de un hombre vale exactamente lo mismo que el de dos mujeres.
Hoy en diá, contaba Shirin Ebadi, el 65% de las universitarios iraníes son mujeres por lo que cada vez están más preparadas y ocupan cargos políticos y de decisión en su país, pero aun deben pedir permiso a sus maridos para cosas tan comunes, en este tipo de cargos, como viajar fuera país, por lo que ella se preguntaba… ¿Y si la Ministra iraní de Sanidad tiene una discusión por la noche con su marido y le niega el permiso para salir? ¿El sillón de la representante iraní en una cumbre de la Organización Mundial de la Salud quedaría vacio por una discusión de pareja?
A esas alturas de la conferencia ya nos había quedado claro que las leyes de Irán no estaba a la altura de las mujeres de su país aunque por motivos mas o menos explicables , estas leyes siguen estando vigentes y no parece que sea algo que vaya a cambiar de un día para otro.
Al terminar su exposición, y oir los aplausos del auditorio, he sentido un escalofrió, no sé, supongo que una persona valiente siempre te mueve algo por dentro.
Quizá este documento deja un tufillo de lo de igualitarios, democráticos somos en Europa que no era para nada mi intención porque los casos de machismos sutiles y soterrados nos acompañan en cada desayuno, pero podemos tratar de esto mas adelante.
Se me olvidaba que la Sra. Ebadi ha querido desvincular estas prácticas, costumbres o leyes machistas del Islam fundamentándolo en que, por un lado, las prácticas de agresión a las mujeres son muy comunes en otros muchos países que nos son islamistas, y que el islam tiene diferentes interpretaciones.